Y es que en realidad todavía hay mucha gente recelosa y noto que mi presencia levanta cierta curiosidad y cautela a la vez. Por ejemplo los niños, se agrupan y pasan al rededor mío, pero siempre manteniendo las distancias, y de momento no me responden al saludo. Eso si me miran muy fijamente con sus ojos negros abiertos como platos.
Esta es la capilla provisional que han construido dado que después del terremoto se destruyó la iglesita completamente salvándose únicamente el altar y sus santos. Sin embargo aquí ahora no tienen culto, porque la verdad el Padre Lorenzo anda desbordado y ha centralizado las misas en sólo unos cuantos centros poblados de mayor número de habitantes.
El crucifijo de la placita, que como si lo huebiera hecho un niño pequeño, lo llenan siempre de dibujitos y recortables de colores que simbolizan ditintos pasajes de la Biblia.
En San Matías hay un prado verde que es un regalo para ellos. Allí los niños juegan, las cabras pastan y los ojos descansan viendo el frescor de la hierba en lugar del polvo de los escombros. A este prado es donde debe correr todo el mundo si hay un nuevo temblor...
El resto de San Matías se compone de un montón de chamizos, pequeñas casas destartaladas construidas de esteras de paja y plásticos que contruyeron ellos mimos después del terremoto. Algunos tuvieron suerte y les donaron unos módulos de madera provisionales. Antes era un pueblecito con 38 casitas de adobe, con parcelas divididas por peqeños muros que delimitaban los jardincitos donde criaban a sus animales de granja. Hoy los pavos y los pollos habitan por doquier, donde pueden. Lo mismo que hace el resto de la gente.Distintas vistas de San Matías.
Tengo el gusto de presentaros a la mamá de Melchorita, la más anciana del centro poblado, a la que estamos construyendo la casa, la primera!
Ella está convaleciente de una operación de cáncer de pecho y dice que pasa mucho frío, pero no pierde la sonrisa.
Es adorable.
Es adorable.
Y ésta es la Señora Josefina, todas las mañanas se sienta junto a la mamá de Melchorita a pelar yucas mientras charlan sobre las cosas que tiene la vida... Su casa será la 4ª en construirse.
Hace un par de días fue el cumpleños de Javier, el albañil del sombrerito, que como había tenido cólera con su joven esposa se quedó a trabajar hasta la noche en las obras y no quería festejar, cuando me lo dijo, le pedí a Melchorita que abriera unas chelitas (cervezas) que yo invitaba a la celebración...
Y éste ha sido mi primer festejo! nos sentamos todos en corro a tomar chelas y a aconsejarle a Javier cómo podía arreglar sus problemas con su esposa. Javier cumplía 22 años. Su papá se murió de chico y su mamá lo dejó en Chincha cuando tenía 14 años porque se fue a Lima con un querido. Aquí se quedó el bueno de Javier, sin casa, sin plata, sin familia. Desde entonces ha trabajado en la chacra, y en panificación (fue panadero). Ahora es albañil y su sueño es ser maquinista y conducir grandes máquinas excavadoras. Es un gran chico. Ah, y tiene una hijita de 8 meses por quien lo daría todo.El siguiente evento importante en mi nueva vida social (discoteca? qué era eso? salir de tapas? cenar con amigos en un buen restaurante?quedar en casa de alguno de vosotros a ver un partido?...qué lejos quedaron esos ratos!!!) ... como digo mi siguiente evento ha sido el almuerzo de hoy. Melchorita ha matado al mejor de sus conejos, y me ha cocinado con especial dedicación un delicioso plato de carapulcra que estaba para chuparse los dedos!!! Es el plato regional más típico chinchano.
Un guiso de conejo con papas, maní y ají, acompañado por fideos a la albahaca y yucas cocidas... Algo picantón pero delicioso. He devorado, (confeso que DOS platos como el que véis en la foto!!!) y he dejado de lado las preocupaciones de si me podía sentar mal... Porque he pensado que si estoy aquí es porque quiero llevarme de vuelta a casa todo lo que pueda! Que lo aquí vivido dura para siempre...hasta un plato de carapulcra guisado con cariño para mí en una pequeña chabolita...!
Además de Melchorita, nos han acompañado Maria Luisa y Emilio, sus sobrinos pequeños, que se ríen mucho conmigo cuando ven que no entiendo muchas palabras peruanas! Ha sido un gran día.