Esta es la que más me gusta. El algodón, marañas enrededadas de matorral seco en colores pardos y de repente puntos de colores que aparecen y desaparecen, son los campesinos que están recogiéndolo, que sin saberlo ellos todos los días me hacen sonreir, porque me parece que juegan al escondite.
Perdido en medio de una chacra de alcachofas:
Al final de los plátanos, el carrito de los dulces.
Los arbolitos de las mandarinas, siempre ordenadísimos.
Y los espárragos, que son reflejo del viento...
Los infinitos campos de maíz tiñen el paisaje de verde
Y sus gentes no son para menos, aquí tenéis al pequeño guardián del algodón que han recogido sus padres:
Y al anciano que carga un atillo a sus espaldas con su perro fiel que no lo abandona nunca...
Y al anciano que carga un atillo a sus espaldas con su perro fiel que no lo abandona nunca...
O al joven pastor de cabras que recorre los caminos con paso firme,