El primer destino fueron las Pirámides de Túcume, que es un inmenso yacimiento situado 30km al norte de Lambayeque. Es un enorme conjunto de más de 26 pirámides de adobe, y fue capital de la cultura de Sicán desde el 750d.c. hasta el 1.050 d.c. La extensión del yacimiento es lo que hace que la visita merezca la pena, porque en realidad la conservación de las pirámides es regular y no se han encontrado aún restos de especial valor.Para poder ver bien todo el yacimento es obligado subir a lo alto del Cerro Purgatorio, una considerable caminata que me hizo llegar casi sin aliento. Pero llegué... y pude disfrutar de estas vistas.
Un alto en la subida al Cerro
Para este día de turismo por las huacas de la región (así denominan aquí a los yacimientos arqueológicos) conté con una agradable compañía. Mi amigo y vecino Jorge de Viñas del Sur, en Chincha, me puso en contacto con un amigo suyo que vive en Chiclayo, y él y su novia me acompañaron todo el día. Mamen y yo en lo alto del Cerro.
Después Paul nos invitó a comer en el Cántaro, un restaurante típico de Lambayeque donde pude volver a degustar las delicias de la cocina peruana.
Cerca del restaurante pude ver la casa de la Logia, que tiene el balcón más largo de todo el Perú: 67 metros de balcón y 400 años de antgüedad.
Por último fuimos a visitar uno de los mejores museos del país, que es el Museo de Tumbas Reales de Sipán. Un edificio piramidal que contiene los extraordinarios hallazgos del Señor de Sipán, una excepcional tumba de la cultura moche que data de el año 300d.c.
Cuando terminé mi recorrido por las huacas y museos, decidí acercarme al famoso Mercado de los brujos, que está en el ala oeste del enorme mercado Modelo de Chiclayo, que es famoso porque allí se encuentran todo tipo de amuletos, huesos de ballena, piel de serpiente, cactos alucinógenos y hierbas aromáticas.
También había oido que se podían encontrar brujos o chamanes, y me puse a preguntar por ahí... Yo quería conocer a un chamán...! y me llevaron a un puesto donde se encontraba el chamán. Yo esperaba encontrarme con un anciano señor de largas barbas blancas conocedor de todos los secretos de la vida.
Y cuando salió el chamán a saludarme resultó ser una especie de Silvester Satallone, de musculatura cultivada en gimnasio, tatuado, vistiendo una camiseta surfera de Billa Bong y luciendo un bronceado que más bien hacía pensar que se trataba de un artista de la tele que de un auténtico chamán.
El caso es que yo buscaba un amuleto que me 'garantizase' la felicidad, y el chamán pensó que lo que de verdad necesitaba era un amuleto infalible para que nunca me faltara el amor... me dijo que sólo tenía que creer en ello y entonces funcionaría... Quien sabe! En fin.
Otras vistas del mercado donde se pueden ver hierbas aromáticas colgando por todas partes, y venden inciesnsos, y velas, y el olor que inunda los callejones es un verdadero placer.
Otras vistas del mercado donde se pueden ver hierbas aromáticas colgando por todas partes, y venden inciesnsos, y velas, y el olor que inunda los callejones es un verdadero placer.